El Tribunal Supremo de Estados Unidos aprobó el pasado 2 de abril, con 5 votos a favor y 4 en contra, la supresión de las normas que limitan las donaciones individuales a los partidos políticos en todo el país.

Esta nueva normativano afecta a la donación directa a un candidato específico de 2.600 dólares por persona pero sí elimina los límites de 48.000 dólares a los aspirantes a un escaño en el Senado, la Cámara de Representantes o la Presidencia y los 74.600 dólares que hasta ahora se podían donar a los partidos y los comités.

Según la sentencia de la Corte Suprema, se eliminan estos límites porque van en contra de la Primera Enmienda y restringen la libertad de expresión de los ciudadanos. Como se preveía los jueces más progresistas (Ruth Bader Ginsburg, Stephen Breyer, Sonia Sotomayor y Elena Kagan) votaron en contra mientras que los conservadores (John Roberts, Antonin Scalia, Anthony Kennedy, Clarence Thomas y Samuel Alito) defendieron esta decisión, incluso el juez Thomas declaró que hubiera restringido todos los límites.

El caso llegó a la Justicia de la mano de Shaun McCutcheon quien quiso donar más de 1.500 dólares a decenas de candidatos republicanos pero no pudo porque sobrepasaba los límites establecidos. A este empresario de Alabama se le unió la Comisión Nacional Republicana y el senador Mitch McConell. Y tras meses de debate la resolución ha sido favorable a la libertad para donar la cantidad que cada ciudadano considere.

Tras la publicación de la sentencia se abre un debate sobre la adecuación o no de esta medida. Para unos, es una libertad de expresión necesaria y para otros,  las grandes fortunas del país jugarán con ventaja sobre el ciudadano medio, además de cuestionar el rol del dinero en la política estadounidense y los peligros que ello conlleva.