Manuel Trillo es periodista en Diario ABC, donde lleva trabajando más de 25 años. Actualmente ejerce de jefe de Sección en Internacional. Además, ha trabajado como corresponsal en Estados Unidos y es experto en su historia. Ha escrito el libro La costa de los rebeldes, sobre los inicios del país en la costa Este, desde Boston a Florida. Además, es autor del informe Juan Ponce de León. El gran pionero de Puerto Rico y la Florida, publicado por The Hispanic Council.

Se cumplen 500 años de la muerte de Ponce de León, un personaje esencial en la historia de España. ¿Cómo definiría su aportación a la historia de Estados Unidos?

Juan Ponce de León fue, sin duda alguna, quien puso en el mapa y en la historia a las inmensas tierras que conocemos hoy como los Estados Unidos de América. Puso en contacto dos mundos hasta entonces desconocidos entre sí y llevó la cultura europea, con su religión, sus valores y su desarrollo tecnológico, a lo que llegaría a convertirse con el tiempo en la primera potencia del planeta.

La historiografía anglosajona suele citar como descubridor de Norteamérica al navegante italiano Giovanni Caboto, en español conocido como Juan Caboto y en inglés como John Cabott, pero sus exploraciones bajo los auspicios de Inglaterra, al contrario que las de Ponce, no dejaron apenas huella ni supusieron los cimientos para fundar nuevos enclaves, poblar el territorio y construir en él un nuevo espacio para la civilización occidental.

La obra de Ponce de León tuvo continuidad en otras expediciones en las décadas siguientes, que cristalizaron en 1565 con la fundación de San Agustín, en Florida, por Pedro Menéndez de Avilés. A partir de ahí, los españoles irían extendiendo su dominio por el subcontinente norteamericano hasta alcanzar incluso las lejanas tierras de Alaska, lo que constituiría la base sobre la que se edificó la nueva nación surgida tras la independencia de las colonias británicas. El legado hispano sigue hoy muy presente, tanto en Puerto Rico como en los Estados Unidos continentales.

 ¿Hasta qué punto es conocida la figura de Ponce de León en Estados Unidos?

El tradicional relato histórico en Estados Unidos, dominado por el punto de visto anglosajón, suele dejar a Ponce de León en un lugar más bien secundario, como una especie de anécdota previa a la llegada en 1607 de los colonos ingleses a Jamestown, en Virginia, y de los «padres peregrinos» a Massachusetts en 1620. Sin embargo, en el caso de Florida sí ocupa un papel primordial y está considerado como el fundador del llamado Estado del Sol. Allí se le dedican estatuas y se pone su nombre a calles, condados y entidades de todo tipo, y su historia se estudia en las escuelas. Al visitante español le llega a sorprender la admiración que suscita un personaje que en nuestro país apenas recibe atención en la enseñanza y en la vida pública.

En Puerto Rico es, asimismo, una figura central y no se entienden los últimos 500 años de historia de la isla sin Ponce de León.

¿Qué hay de cierto en el mito de la Fuente de la Juventud?

En los documentos de la época de Ponce de León no hay rastro alguno de que tal Fuente de la Juventud estuviera detrás de su decisión de lanzarse en 1513 a explorar las tierras que bautizaría como la Florida. Por el contrario, lo que nos dicen los archivos es que únicamente pretendía encontrar nuevas riquezas y gloria para Castilla. Los primeros relatos que relacionan al descubridor con la búsqueda de ese manantial prodigioso, como los de Gonzalo Fernández de Oviedo o de Hernando de Escalante Fontaneda, son de décadas después de los hechos y parecen algo malintencionados, tratando de desprestigiarlo presentándolo como una especie de loco que se dejó engatusar por falsas leyendas.

Es cierto que la historia de la humanidad está plagada desde tiempos inmemoriales de narraciones sobre aguas milagrosas y pudiera ser que entre los nativos de la Florida también hubiera algún cuento sobre la existencia de una fuente de ese tipo. Lo que está claro es que, circulara o no esa leyenda, ese no fue el motivo principal de las expediciones de Ponce de León.

En cualquier caso, el mito de la Fuente de la Juventud es tan poderoso y ha arraigado de tal forma a pesar de su falsedad que hoy es imposible ya disociarlo de la figura de Ponce de León y de la historia de la Florida.

¿Qué opina sobre la oleada de derribo de estatuas que hemos visto en Estados Unidos y otros países de América?

Ajustar cuentas con el pasado desde el punto de vista del presente no tiene sentido. Por supuesto que hubo conflicto en la historia de la colonización española de América, como lo hubo en la expansión del Imperio romano o en la del carolingio, en las conquistas de Alejandro Magno o en las de Gengis Kan. O como también lo hubo en la colonización de América por parte de los ingleses y de los franceses, e incluso en la relación entre los caribes y los taínos en las Antillas, entre los incas y otros pueblos de los Andes, o entre los mexicas y sus rivales mesoamericanos. Pero no por ello debemos renegar de ese pasado. La historia es historia y como tal hay que tratarla: conociéndola, aprendiendo de ella y reconociendo el legado que dejó para la posteridad.