Entrevistamos a Juan José Estepa García co- autor de la obra  “Hernando de Soto, mas allá del Valor”, junto a Feliciano Correa. Hablamos con él sobre la figura de este conquistador y de su legado en España y EEUU.

Sobre los autores:

Feliciano Correa, es doctor, Académico de Número de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, y Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia. Escritor muy galardonado, profesor universitario, es prolífico articulista, investigador de largo recorrido y ensayista. Ha ganado Premios Nacionales de Periodismo, y es autor de una treintena de libros.

Juan José Estepa García. Comandante de Ingenieros (R), miembro de la Asociación Nacional de Militares Escritores,  profesor universitario, ingeniero téc. de Minas, genealogista,  historiador e investigador, colaborador de varias revistas científicas, y autor de numerosas obras relacionadas con Extremadura.

¿Quién fue Hernando de Soto?

Portada del libro donde podemos ver la puerta templaria de Burgos, con la estatua de Hernando de Soto, en Jerez de los Caballeros (Badajoz), el pueblo donde nació el Adelantado. Al fondo el mapa de la Florida, lugar donde murió.

HERNANDO MÉNDEZ DE SOTO, más conocido como Hernando de Soto, y también como Hernando de Soto y Gutiérrez Cardeñosa, nació sobre el año 1500 en Jerez cerca de Badajoz (hoy Jerez de los Caballeros). Vino al mundo en el seno de una familia hidalga por parte de padre y de madre, hijo de Francisco Méndez de Soto, natural de Jerez de los Caballeros, y de Leonor Arias Tinoco, natural de Badajoz.

Fue un extremeño que, como su paisano Vasco Núñez de Balboa, estaba impregnado de los valores del Renacimiento, pero conservaba en su actuar ciertas fidelidades propias del caballero de la Edad Media inherentes al ideal de nobleza para servir a su rey. Tuvo ansia de aventura, alcanzar fama, honor y fortuna sin tener en cuenta la posible pérdida de su propia vida. El sentido del honor, el sugestivo experimento de avanzar hacia lo desconocido… le hizo buscar al otro lado del Atlántico un destino apropiado para un hidalgo segundón sin fortuna, que comenzó de soldado raso. En este sentido, la pertenencia a la milicia o el hecho de sentirse soldado, resultaba un timbre de prestigio personal. El valor se cotizaba cada vez más, de tal manera que al bregarse en el esfuerzo conquistador, o lograr riquezas, en las duras contiendas para quedar bien ante la Corona, hacía posible que hasta en el más humilde de los soldados pudiera recaer valiosos reconocimientos ennobleciendo su trayectoria, la posesión de tierras, el título, el blasón. Esta fue siempre la principal aspiración de los conquistadores, quienes tenían, según Cortés, que bien los conocía, por mejor ser ricos de fama que de bienes.

¿Por qué es tan relevante su figura?

La relevancia de su figura viene dada por su gran hazaña de la exploración de la Florida que inicia en el año 1539, un extenso territorio que exploraron en continua lucha contra los nativos, durante más de cuatro años, sin ningún apoyo ni conexión con los territorios españoles más próximos: Nueva España y Cuba. Pero no solo sus hazañas se circunscribieron a la Florida, antes Hernando de Soto luchó en Panamá, Nicaragua y en Perú, donde su empuje fue decisivo para la conquista del imperio Inca. En el Perú fue el mejor capitán de Francisco Pizarro, tercero en el mando después del gobernador y de su hermano Hernando Pizarro. Pero, aun considerando esa gloria, su mayor gran hazaña está en La Florida. Allí fue el líder iluminado y recio de esa excepcional exploración. Esa expedición está considerada un hito difícil de igualar, y quedaría señalada como la más grande de la historia referente a la presencia de los españoles en el nuevo mundo. Con una amplitud de exploración de unos 8.000 kilómetros recorridos a través de diez de los actuales estados de EE.UU: Florida, Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Alabama, Mississippi, Arkansas. Lousiana, Arkansas y Texas. En tan arduo transito fueron descubiertas numerosas tribus indias: sehinoles, apalaches, creeks, cherokees, chickasaw, comanches, choctaws, y las etnias Misisipí, entre otras. Toda esa singular gesta fue realizada por un pequeño ejército de cerca de 700 españoles comandados por Hernando de Soto, donde se integraron nueve portugueses, con una logística casi inexistente y que en el proceso de la marcha tuvieron que improvisar o planificar. Porque en realidad su verdadera logística fue su capacidad de subsistencia, adaptación al medio, y la incautación de víveres y bastimentos de los pueblos indígenas que fueron encontrando.

¿Qué aportaciones concretas vemos en su viaje a lo que hoy es EEUU?

Sus aportaciones geográficas a las tierras de los Estados Unidos de América fueron de gran interés por ser los primeros europeos que pisaron esos lugares. Cruzaron y navegaron el río Misisipí (el padre de las aguas), y antes habían cruzado los Montes Apalaches, caminaron por tierras pantanosas con humedad insoportable, ciénagas peligrosas y muy propicias para las emboscadas de los indios, y siempre sufriendo los interminables ataques de los nativos que, a veces, fueron verdaderas batallas contra miles de ellos. La descripción de los itinerarios recorridos y el relato de las tribus nativas que encontró, fueron las únicas referencias que tuvieron los europeos hasta pasado más de un siglo de aquella epopeya; con ello, abrieron nuevos horizontes de expansión territorial. Finalmente, Hernando de Soto murió cerca del Misisipí, en el pueblo de Guachoya en el año 1542, sin declinar sus objetivos, pues tenía el propósito de continuar con su exploración, aunque no conocían con certeza dónde se encontraban. Días antes de morir expresaba la esperanza de conseguir que desde Cuba y desde Nueva España le enviasen refuerzos de soldados y de caballos para continuar su intento de hallar oro, riquezas, evangelizar aquellas gentes, y asentar nuevos pueblos en las tierras de los actuales Estados Unidos de Norte América; todo ello si lograban enviar a un destacamento que les auxiliase. La expedición continuó su periplo durante más de un año después de su muerte. Soto, antes de morir, nombró a Luis de Moscoso como su sucesor en el mando.

¿Qué podrán encontrar los lectores en su obra “Hernando de Soto, Mas allá del Valor”?

Un nuevo estudio e investigación gracias a la aportación de documentos inéditos, que abarcan diferentes aspectos sobre el origen de Hernando de Soto, y de algunas de sus acciones conquistadoras, que se recogen en un texto de 680 pág.

Un estudio exhaustivo de las crónicas del S.XVI, en este sentido, la obra ha asumido la compleja tarea de acometer el análisis de esos textos que se refieren a La Florida, para tratar de fundirlos y compendiarlos en un solo relato que soslaye las discrepancias entre ellos, armonice su complejidad y busque la verdad.

Ilustración del libro «Hernando de Soto, más allá del valor»

Y también, como primicia, se presenta un mapa (a escala), donde se plasma el itinerario que siguió la exploración de Hernando de Soto, señalando en él los principales acantonamientos que efectuaron, y se indican los lugares donde se libraron las principales batallas. Todo esto, en el libro, da lugar a numerosos epígrafes en los que se desarrollan los acontecimientos que en cada uno de esos acantonamientos tuvieron lugar, y el tiempo de permanencia en ellos. Y otros mapas especialmente diseñados para esta obra con el estudio del paso de Misisipí.

Además de lo anteriormente expuesto, se ha reunido la extensa documentación  procedente de los archivos de mi compañero, y coautor de esta obra,  Feliciano Correa, sobre los debates que suscitó la reivindicación de la cuna de Hernando de Soto que reclamaban como propia Barcarrota y Jerez de los Caballeros. Dichos debates se incrementaron allá por el año 1929, generando muchos artículos periodísticos, publicaciones editoriales, congresos y conferencias, al mismo tiempo que los investigadores iban sacando a la luz nuevos documentos sobre la cuna de Hernando de Soto.

Por último, en esta obra aparece una selección de imágenes tomadas en EE.UU. expresamente para esta publicación.

Dentro de su épico viaje ¿qué capítulos o hitos destacarían de este conquistador español?

Todas sus acciones como militar y conquistador fueron interesantes. De su acción en el Perú, destacamos su encuentro personal con el emperador Atahualpa, que abrió el camino a la conquista del Perú. Este hito se describe y se analiza ampliamente en el texto.

Y referente a la exploración de La Florida, son apasionantes los 40 epígrafes en que se divide el capítulo XIII: Los preparativos de la expedición en Sevilla una vez que Soto es nombrado Adelantado de La Florida; el año de estancia en Cuba, como gobernador; allí se organizó y se perfilaron todos los detalles de aquel pequeño ejército del que Soto fue su capitán general.

Antiguo grabado donde se escenifica el descubrimiento del Misisipí. (Impreso en el año 1874 por Currier & Ives).

Pero hay lectura de momentos que dejan huella, como lo fueron las batallas que libró en momentos difíciles, como lo fueron las de: Anhaica Apalache, Mavila, Chicaza, Alimamu, Tulla, y Naguatex.

Todo lo referente al avistamiento y paso del Misisipí es un epígrafe cuya lectura no dejará indiferente a los lectores.

Pero el momento de la muerte de Soto, su despedida y su entierro impresionan porque manifiestan el valor la grandeza y la humanidad de Hernando de Soto. Y también son increíbles los momentos donde se narra cómo los restos de la expedición pudieron llegar a Nueva España construyendo barcos de circunstancia, sustituyendo la falta de materiales para fabricarlos con un gran ingenio.  Navegaron por el Misisipí perseguidos y en lucha continua con los nativos y, después, llegar al golfo de México para arribar en Pánuco, en Nueva España.

¿Hasta qué punto somos conscientes en España de las hazañas de personajes como De Soto y otros españoles en EEUU?

España es una nación riquísima en personalidades que la han enaltecido desde las páginas de la historia
Tal vez por esa abundancia de héroes, santos, soldados ilustres, inventores o pensadores, no se ha prestado la atención debida a muchos de ellos. En los EE. UU el reconocimiento a Hernando de Soto es una realidad desde hace siglos y es, por sus atenciones, una manera de exaltación muy viva que, sin embargo, en algunos sectores de la sociedad española aún es ignorada. Allá su recuerdo se prodiga por muchos parques, ciudades, condados, e instituciones de Norteamérica, que albergan la memoria del valeroso jerezano.

Pero partiendo de la Leyenda Negra, sectores de la propia sociedad española pregonaron que aquellos hechos no merecían ser tenidos como gloriosos. Y esa corriente negacionista de la grandeza de semejantes hechos se extendió por algunos lugares y naciones del continente americano, y hoy contemplamos llenos de asombro cómo se derriban estatuas de aquellos personajes, que esperamos y confiamos que sea un fenómeno pasajero.  Indicaremos que las Leyes dictadas en Castilla prevenían el respeto y señalaban no abusar en la relación con esos pueblos por parte de los encomenderos y soldados. Por otra parte, no ha de olvidarse, además que, gracias a la impagable labor de los hombres de religión, que por racimos hasta allá llegaron en su labor evangelizadora, la mayoría de los nativos acogieron de buen grado los principios del cristianismo como forma superior de conducir sus vidas. El problema de equidad de juicio, falta de objetividad sobre la conquista, reside en que ha sido juzgado el pasado con ojos del presente; se ha abusado subrayando los excesos y aminorando los sacrificios de los españoles en tantas empresas llenas de sustancia civilizadoras.

De todos los grandes conquistadores de América, ninguno ha sido más injustamente olvidado por la historiografía hispánica como Hernando de Soto, baste decir que el primer libro que sobre él se escribió en España – tras las publicaciones de los cronistas del S. XVI- fue el del extremeño Luis de Villanueva (1892), que dio a la luz una biografía sobre Hernando de Soto en la que no pudo incorporar las nuevas investigaciones aparecidas en el S.XX y XXI sobre dicho personaje. En cambio, en Estados Unidos, desde el año 1558 hasta finalizar el S.XX, vieron la luz medio centenar de publicaciones, diez de ellas en el S.XIX. En cambio, el interés que nuestro personaje despertó en EE.UU. fue siempre muy grande. Allí se le honró. Los historiadores estadounidenses muestran su reconocimiento a Hernando de Soto, con sus numerosos estudios sobre el jerezano extremeño: libros, cuadros, parques temáticos, puentes, escuelas, asociaciones, lagos y condados llevan su nombre. Y los reconocimientos de allí, nos mueven a considerar los olvidos de aquí.

¿Qué más se debe hacer para proteger y difundir su figura?

Hoy gracias a la labor de instituciones como The Hispanic Council, podemos albergar la esperanza de que ese reconocimiento llegue a ambos lados del Atlántico. Sacudirnos los complejos y anhelamos muchos historiadores difundir con orgullo nuestro pasado en América. Una labor donde el Ministerio de Exteriores y la iniciativa del gobierno de España con “España Global” que tienen ya como objetivo, esto es, mejorar la imagen del país en el extranjero y entre los propios españoles. Todos los esfuerzos que se hagan en este sentido, periodistas, historiadores, diplomáticos, españoles en tierras americanas…. serán pocos para que el adormecido relato histórico sobre la acción española en América se sitúe en el lugar de honor que le corresponde.

Imagen de Hernando De Soto en uno de los modelos de coche que llevó su nombre

De Soto llegó a tener hasta un modelo de coche propio en EEUU, ¿cómo se preserva su legado a día de hoy?

Como ya hemos apuntado anteriormente, en Estados Unidos se le considera entre los primeros forjadores de la intrahistoria de esa nación. Por ello ocupa lugares de honor en el mismo Capitolio del Congreso de EE.UU. Al héroe de La Florida, en base a su enorme trayectoria en aquellos lugares, se le destaca y se le reconoce en instituciones y en lugares significativos: Desoto Nacional Memorial Park, en Bradenton, Florida; existe un parque temático en honor a Hernando de Soto, cerca de la bahía de Tampa; allí un monolito marca el paso de la flota del Adelantado a la entrada de la bahía de Tampa que remontaron para llegar al punto de desembarco de la expedición, en Ucita. Existe el condado Desoto, en Florida. El condado de Hernando, también en la Florida. Las Cataratas Desoto pueden verse en el condado de Dumpin, en Georgia. También está Desoto, en Misuri. Puede instalarse el viajero en el Hotel Hilton Desoto en Savannah, Georgia. Algunos estudiantes hispanos, y por supuesto muchos estadounidenses, asisten a la Escuela De Soto Chol, una escuela privada en Helena, en Arkansas. Y no nos resistimos a mencionar al famoso coche de los años 50, de la marca estadounidense de automóviles Desoto, que muchos coleccionistas custodian con todo mimo y conservación impecable, fabricado por Chrysler Corporación; como puede deducir el lector recibió su nombre en homenaje al explorador. Y también es digno de citar el Parque Estatal Desoto, en Alabama, y el Parque Fort De Soto en St. Petersburg (Florida).

Imagen del cuadro de Hernando De Soto descubriendo el río Mississipi que se encuentra presente en la Rotonda del Capitolio de EEUU
Imagen del cuadro de Hernando De Soto descubriendo el río Mississipi que se encuentra presente en la Rotonda del Capitolio de EEUU

Creemos que España debiera prestar atención a asociaciones culturales que han  surgido en la Florida, como en la ciudad de Bradenton, que  se encuentra próxima a la bahía de Tampa, por su costa pasó la flota de Hernando de Soto para desembarcar más al norte en la costa de Tampa, cerca de donde hoy se encuentra la ciudad homónima, un enclave populoso con más de un millón de habitantes, con toponimia española de etimología Caluse (un sociedad que se desarrolló en la Florida en la región de los Everglades), las tribus que vivieron en la proximidad de la actual bahía de Tampa. En Bradenton se formaron asociaciones que conmemoraban aquella gesta, una de ellas lleva por nombre “Los Conquistadores de Bradenton”.

Y por ceñirnos solo a la región o comunidad extremeña, como cuna principal de los grandes héroes de la Conquista, decimos que ellos representan el legado de la mayor gesta que España hizo en el Nuevo Mundo.  Viajar por California, La Florida o Nueva Orleans, o por la naciones hispano americanas, es caminar por nuestro propio pasado: El jerezano De Soto, por los Estados Unidos; el también jerezano Balboa, por el Pacífico; el trujillano Orellana por el Amazonas; el medellinense Cortés, por México; el trujillano Pizarro, por el Perú; el villanovense Valdivia por Chile, en este caso con el papel destacado de la placentina Inés de Suárez en la fundación de Santiago de Chile; y Doña Mencía por el Paraguay.

Para la adquisición del libro:

Editorial: EDITAMAS

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