Durante esta crisis provocada por el coronavirus, el Ministerio de Defensa ha bautizado la operación puesta en marcha para luchar contra la epidemia como «Operación Balmis». Este nombre no es casual ya que el español Javier Balmis y Berenguer realizó una expedición para transportar la vacuna de la viruela a muchos lugares del mundo.

Hablamos de ello con Iñigo Moreno de Arteaga, Marqués de Laserna, Doctor en Historia por la Universidad  Rey Juan Carlos, Académico de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción de Valladolid y Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia. El Marqués de Laserna es miembro del Jurado del Premio de Historia Órdenes Españolas e impulsor de esta iniciativa, que nació en 2017 con el deseo de convertirse en una referencia en esta disciplina.  Se trata de un galardón internacional comprometido con el valor de la Historia, y supone un reconocimiento a quienes se dedican con esfuerzo a esta ciencia. Su objeto es distinguir al investigador cuyo trabajo haya alcanzado general reconocimiento por la importancia de sus estudios, el rigor de su documentación y el alcance de sus conclusiones, y que alguna parte de su obra esté relacionada con lo hispánico y su proyección en el mundo.  Para más información www.premioordenesespanolas.com

¿Quién fue Balmis y que implicaciones tuvo su expedición?

Francisco Javier Balmis y Berenguer era el médico de cabecera de Carlos IV, conocía la vacuna contra la viruela descubierta por Jenner y deseaba extender su empleo. Su genialidad consistió en transportar la vacuna valiéndose de un grupo de personas a las que se inoculaba sucesivamente para que una llegara a América con pústulas, esto es con eficacia para vacunar, haciendo posible así cruzar el Atlántico primero y luego el Pacífico.

¿Por qué decide España emprender esta expedición?

Carlos IV había perdido a su hija María Teresa por la viruela asesina de niños, (morían un tercio de los atacados y el resto quedaba marcado o ciego). La viruela era quizás la enfermedad endémica más temida en el mundo entero, y el apesadumbrado Rey de España hizo suyo el afán de combatir ese azote ordenando la “Real expedición filantrópica para propagar la vacuna en América y Asia” que zarpó de La Coruña en 1803.

Además de la vacuna, la expedición formaba a médicos y sanitarios locales ¿es compatible esto con la tristemente extendida percepción de que España era un país genocida sin preocupación por sus territorios de ultramar?

Al contrario, es coherente con una nación que en 1512 reconocía la igualdad de españoles peninsulares e indios americanos, que funda universidades tan pronto como Méjico (1553) y Lima (1557), instala la imprenta en 1532 y donde la Audiencia llega 18 años después de la conquista. Su implicación se manifiesta en la población existente al emanciparse los virreinatos: 7.000.000 indios, 4.300.000 mestizos, 1.200.000 negros y 3.100.000 blancos (europeos 150.000), compárense estas cifras con la población autóctona en la América sajona o francesa.

En lo que EEUU respecta ¿Cuándo llegó allí la vacuna de la viruela? ¿Cómo se hizo llegar a la población?

Balmis investigó muchos años en el virreinato de Nueva España (territorio establecido en gran parte de América del Norte), descubriendo un tratamiento eficaz contra las enfermedades venéreas, aunque él físicamente no llegó a EEUU con su expedición. Gracias a su esfuerzo e investigación, la vacuna llegó a este territorio a través de las Juntas de Vacunación establecidas en Nueva España, donde en principio el Virrey, José de Iturrigay, había sido contrario por el terror que producía la viruela, aunque al final acabaron vacunándose él y su hijo.

¿Se podría cuantificar el impacto de esta expedición a nivel sanitario?

Francisco Javier instituyó en todas partes “Juntas de vacunación” para que siguieran con su labor, juntas que continuaron trabajando durante muchos años incluso después de la emancipación. Hay algunos datos numéricos: en Colombia y Venezuela se vacunaron a 56.000 personas, 23.000 en Perú y 7.000 en Ecuador, se desconocen cifras de Nueva España (Méjico) y hay que subrayar que Balmis continuó su labor en Filipinas, Macao y Cantón regresando por el cabo de Buena Esperanza y completando la primera expedición sanitaria que dio la vuelta al mundo.

¿Qué podemos aprender de estos hechos históricos en una crisis como la que vivimos ahora?

La importancia de la caridad (el amor a los demás) como motor humano. Edward Jenner, descubridor de la vacuna de la viruela, definió esta expedición con estas palabras: “No puedo imaginar que, en los anales de la Historia se proporcione un ejemplo de filantropía más noble y más amplio.”