Memorial de Historia Afroamericana en Texas. Estebanico se encuentra representado a la izquierda con ropajes del siglo XVI.

La huella española en EEUU nos ha dejado historias, hazañas y empresas que vistas desde el siglo XXI nos parecen en muchas ocasiones sobrehumanas. Una de ellas es, sin ninguna duda, las andanzas y aventuras de Estebanico, el primer africano en EEUU.

¿Qué se sabe de él? Estebanico, también conocido como Estevanico, nació a comienzos del siglo XVI en algún lugar de la actual costa marroquí. Generalmente se le sitúa en Azamor, por aquel entonces un asentamiento portugués. A pesar de que no se sabe con exactitud cuándo ni cómo llego a España, los estudiosos aseguran que fue antes de 1527, cuando Estebanico se convirtió al cristianismo y se convirtió en un nuevo miembro de la servidumbre de Andrés Dorantes de Carranza. Para entonces, ya hay documentación histórica suficiente para asegurar que se encontraba embarcado en la trágica expedición liderada por el explorador Pánfilo de Narváez. Una expedición en la que de los más de 300 hombres que zarparon en junio de 1527 desde el puerto de Sanlúcar de Barrameda, únicamente sobrevivirían cuatro: el propio Estebanico,  Alvar Núñez Cabeza de Vaca, Alonso del Castillo Maldonado y Andrés Dorantes de Carranza. Las causas de la fallida expedición se debieron a varias razones: el temporal (que provocó la pérdida de un navío), la sed, el hambre y el abandono de la expedición por parte de 140 hombres durante la primera escala en el puerto de La Española fueron los principales motivos.

Sin embargo, no hay mal que por bien no venga. De este naufragio nacería una de las aventuras más épicas de la historia de la exploración. De hecho, tal fue la aventura que experimentaron estos hombres, y en especial Estebanico, que hay una película sobre ello: «Cabeza de Vaca», estrenada en 1990.

Pero vayamos por partes. El primer contacto que tuvo la expedición con tierras norteamericanas fue en la bahía de Tampa (Florida). Pánfilo de Narváez aún dirigía a los pocos hombres que habían sobrevivido a la travesía por mar. Sus intenciones: la búsqueda de tesoros y la posibilidad de buscar un buen lugar para fundar un asentamiento. No obstante, tras varios días deambulando por la zona, no lograron cumplir con ninguno de sus objetivos y, Pánfilo de Narváez decidió volver a la costa para tratar de llegar a Nueva España mediante unas inestables embarcaciones. El trayecto se complicó de tal manera que Narváez y la mayoría de los pocos hombres que quedaban en la expedición perecieron en el intento. Aproximadamente 15 fueron los supervivientes de esta última etapa. Estamos ya en 1529, en las costas de lo que hoy es Texas. Desde allí, comenzaron una larga caminata de regreso a Nueva España por tierra, siendo capturados por tribus indígenas hostiles (se estima que estuvieron más de un año en esta situación ), aunque finalmente lograron escapar hacia 1532. Hasta 1536, año en el que se toparon con tropas españolas durante uno de sus viajes entre poblaciones indígenas, los supervivientes se dedicaron a comerciar con las tribus, conocer sus costumbres y ser los primeros en oír hablar acerca de las Siete Ciudades de Cíbola y Quivira, cuya búsqueda correspondería a Francisco Vázquez de Coronado más adelante.

Gran parte de estas historias se cuentan en el libro que posteriormente escribió Alvar Núñez Cabeza de Vaca: Naufragios. Está considerado uno de los testimonios más apasionantes de las hazañas de los primeros españoles en América.