Antonio Fernández Toraño es licenciado en Filosofía y Letras y Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, donde impartió clases como Profesor No Numerario en la Cátedra de Derecho Internacional Privado. Es autor del libro «Pedro Menéndez de Avilés: señor del mar océano, adelantado de La Florida», una completa biografía de este marino y militar español que nació hace 500 años y que fundó la ciudad más antigua de Estados Unidos: San Agustín.  Conversamos con él sobre la figura de Pedro Menéndez de Avilés, el legado hispano en Estados Unidos y la importancia de reivindicar la herencia española.

¿De dónde nace la inquietud de escribir este libro sobre Pedro Menéndez de Avilés?

Mi interés por escribir sobre la vida y las obras de Pedro Menéndez de Avilés nace de la constatación del olvido y profundo desconocimiento que existe en nuestro país sobre la figura de alguien que, con toda justicia, puede ser considerado como uno de los dos marinos más importantes del siglo XVI español, juntamente con Álvaro de Bazán.

El primer texto en español sobre su vida, centrado principalmente en la exploración y conquista de la costa oriental de Florida se debe al Memorial escrito por Gonzalo Solís de Merás entre 1565 y 1568, texto coetáneo al de Bartolomé Barrientos terminado en 1568 sobre los mismos hechos. En el siglo XIX (1893),D. Eugenio Ruidíaz y Caravia publica un libro, premiado por la Academia de la Historia, ampliando la información que se tenía sobre el Adelantado en aquellos momentos, y en 1989 el Profesor José Manuel Gómez Tabanera, elabora una obra, editada por Itsmo, que contiene, además de la Crónica de Gonzalo Solís de Merás, las de los hugonotes Ribault, Laudonnière y Le Challeux protagonistas directos del intento francés de asentarse en la Florida.

Existe también abundante literatura en inglés sobre este personaje, escrita, fundamentalmente, por autores norteamericanos y editada, principalmente, por Universidades de Florida, lo que nos indica el interés suscitado al otro lado del Atlántico por la vida y hechos del Adelantado, en claro contraste con nuestro país.

 

En su libro se cataloga a Pedro Menéndez de Avilés como “  Señor el mar Océano, Adelantado de la florida”. ¿ Considera que a día de hoy somos conscientes de la relevancia que tuvo este marino español?

Al hilo de mi respuesta a su pregunta anterior, me parece evidente que no somos conscientes del papel de este marino en la extensión y mantenimiento del dominio español sobre los territorios de la costa orienta y suroriental de los actuales Estados Unidos. Dominio que, sobre todo, garantizó durante cerca de 300 años, en concreto, desde 1565 hasta 1821, el paso de los galeones españoles procedentes de Nueva España o Tierra Firme en su navegación desde Cuba hacia la metrópoli, contribuyendo, así, mediante el intercambio de mercancías desde o con la Península, a la consolidación de los asentamientos en aquellos territorios recién descubiertos Recuérdese que, en un primer momento los asentamientos carecían prácticamente de todo (ropas, alimentos herramientas o clavos, por ejemplo),pero proporcionaban oro y plata desde las minas de Zacatecas o Potosí que sostuvieron, en parte, la economía y el crecimiento de un Imperio en el que, con toda verdad, podía decirse que no se ponía el sol.

Pero es que, además de esa labor en Florida, Menéndez de Avilés trabajó para la Corona española como Capitán General de las flotas que realizaban la “carrera de Indias”; comandó la flota que trajo a España a Felipe II desde la isla de Walcheren, en la desembocadura del Escalda, salvándole, frente a las costas de Laredo, donde desembarcó, de un más que probable naufragio como el que sufrieron algunos buques de la comitiva que le acompañaba; llevó, el primero, al Nuevo Mundo, en esta ocasión, Florida, a la Compañía de Jesús venciendo las propias reticencias de los Superiores de esta Institución, que tenían previsto “entrar” en ese Nuevo Mundo a través de Nueva España; como Gobernador de Cuba, dió un impulso muy importante al fortalecimiento militar del puerto de la Habana; como Sr. del mar Océano, en el Caribe mantuvo un control muy importante de la presencia de los piratas franceses, ingleses u holandeses, para quienes la sola mención del Adelantado suponía riesgo de derrota y muerte; en fin, como Capitán General de una flota de guerra que en febrero de 1574 le ordenó organizar Felipe II, consiguió reunir en menos de seis meses, más de 150 naves de guerra (no se cuentan las de aprovisionamiento) y 12.000 hombres, de los cuales 3.000 eran infantes de marina (posiblemente, la primera ocasión en la que iba a intervenir esta nueva fuerza creada por Carlos I), con el objetivo de auxiliar a Luis de Requesens, asediado por las fuerzas de Guillermo de Orange en la región de Amberes. Momento, Septiembre de 1574, en el que, ya embarcado en su nave capitana, en Santander, encontró la muerte como consecuencia de un tifus exantemático de efecto fulminante.

¿Qué motiva a Pedro Menéndez de Avilés a lanzarse a la florida un territorio indómito para los españoles hasta ese momento?

Con toda seguridad, Menéndez de Avilés no desconocía que durante los 50 primeros años del siglo habían perdido la vida en el territorio de Florida la gran mayoría de los participantes en  las sucesivas expediciones de exploración y conquista comandadas por Ponce de León, Lucas Vázquez de Ayllón, Pánfilo de Narváez, Hernando de Soto o Tristán de Luca y Arellano (un total de más de 1400 civiles y soldados según el inca Garcilaso en su libro sobre La Florida a los que había que añadir unos 20 clérigos y religiosos, en total, cerca del 80% de los efectivos que habían desembarcado en aquellos territorios).

Todo ello, sin contar las pérdidas económicas que en esos momentos recaían en la Corona, financiadora de esas expediciones, lo que llevó a Felipe II, en 1561, a rechazar cualquier nuevo proyecto que implicara una inversión o gasto  para la Hacienda real.

Probablemente, el motivo de fondo que impulsó a Menéndez de Avilés a firmar las Capitulaciones con Felipe II en marzo de 1565, fuera el deseo de intentar encontrar vestigios de la presencia de su único hijo varón, Juan, desaparecido en el Canal de Bahamas en septiembre de 1563, en período, pues, de huracanes, cuando comandaba una flota de regreso a España, desobedeciendo las órdenes de su padre, a la sazón prisionero en las Atarazanas de Sevilla bajo la acusación de contrabando, acusación de la que quedó exonerado tras 20 meses de prisión y pleitos, pero que le habían impedido acudir en su búsqueda como era su deseo y había, incluso, solicitado a los Oficiales de la Casa de Contratación.

Y junto a este motivo de fondo estaba también, sin duda, el deseo y mandato de su rey, al que profesaba la más absoluta lealtad y fidelidad, de acudir a la costa oriental de Florida a desalojar de allí a una colonia de hugonotes franceses cuyo objetivo, desde 1562, era consolidar un asentamiento frente al Canal de Bahamas y atacar el paso de los galeones españoles en su ruta hacia España. Ocupación del territorio, que vulneraba el Tratado de Tordesillas, no reconocido por Francia, y que afectaba a dos cuestiones claves para el rey español: la económica y, muy importante, la religiosa, pues suponía un claro intento de “exportar” al Nuevo Mundo la nueva religión predicada por Calvino, algo que ni Felipe II ni Pedro Menéndez de Avilés, en perfecta comunión con su rey, podían tolerar.

¿Cuáles fueron las principales dificultades que encontró el Adelantado en La Florida?. ¿Porqué cree que él logró las hazañas que  a otros se les resistieron?

Curiosamente, la presencia de cerca de mil franceses entre soldados, colonos, mujeres y niños, no fue la principal dificultad que Menéndez de Avilés tuvo que superar, pues aniquiló literalmente la presencia de este contingente humano  (respetando la vida de mujeres y niños) en menos de dos meses, los que van desde mediados de septiembre a finales de octubre de 1565.

Las principales dificultades surgieron de la climatología, extrema en ocasiones; la continua hostilidad de los naturales de aquellos territorios, que, a pesar de los buenos oficios diplomáticos desplegados por el Adelantado buscando siempre acuerdos de colaboración, nunca resultaron fiables, pues se trataba de tribus muy aguerridas en continuos enfrentamientos, incluso entre ellos mismos, desperdigados por un territorio más extenso que España, y que se negaron desde los primeros momentos a aceptar pacíficamente la presencia española, asociándola posiblemente a la de los franceses, con los que también mantuvieron serios enfrentamientos; la dificultad de encontrar suministros para los soldados y los colonos, pues se trataba de territorios prácticamente improductivos y el autoabastecimiento, por ejemplo, a base de los productos del mar a cuyas orillas se encontraban, era casi imposible, pues desde el principio se vieron obligados a vivir recluidos en los Fuertes para evitar ser flechados si salían, simplemente, a pescar a las orillas del mar o de los ríos; la inquina, con la que, desde el primer momento y sin motivo aparente, le recibió el Gobernador de Cuba, García Osorio; en fin, el enfrentamiento constante con la Casa de Contratación de Sevilla, su enemiga contumaz, que no le perdonaba sus nombramientos directos por parte del rey como Capitán General, correspondida con rechazo y desdén con el que el Adelantado se enfrentaba a la burocracia de la Casa, interpretando según las circunstancias del momento las órdenes que recibía no solamente de ellos sino incluso del propio Felipe II.

Ante este panorama, he aquí algunas de las claves de su conducta y de su éxito: su mentalidad de auténtico empresario, “emprendedor” en el sentido que hoy damos a estas palabras, buscando siempre la máxima eficacia al menor coste, arriesgando su propio patrimonio a causa de la carencia sistemática de apoyos económicas a los que le sometió la Administración del momento, en España o en Cuba, mentalidad empresarial frente a la que la burocracia sevillana era un obstáculo casi insalvable ( tuvo, por ejemplo, que poner en pie un sistema de aprovisionamiento que le llevaba a buscar las harinas o la carne, por ejemplo, en Santo Domingo o en la península del Yucatán, pues nadie desde la Administración le proporcionó solución alguna en aquellas latitudes);identificación con sus soldados a los que siempre protegió y defendió frente a la actitud de la metrópoli, dando ejemplo de valentía cuando se trataba de ir al frente de sus tropas en los momentos más comprometidos; autoridad que emanaba, precisamente, de un comportamiento avalado por una gran experiencia en el manejo de los barcos que tuvo a su cargo, a lo que unía, tenacidad y firmeza a la hora de ejecutar las acciones que se hubieran decidido emprender; en fin, capacidad y tenacidad en las negociaciones, fueran con los naturales de aquellos territorios, con los que siempre buscó el entendimiento pacífico o con sus propios compatriotas.

A este respecto, no debemos olvidar nunca que Pedro Menéndez de Avilés fue un hombre que hubo de hacerse a sí mismo, pues si bien era de familia hidalga, esa familia nunca pudo darle el sostén y apoyo económicos que otros pudieron disfrutar, lo que hizo que desarrollase desde un primer momento su formidable inteligencia natural.

A su juicio ¿qué supuso la fundación de San Agustín en el contexto histórico del momento y para la posterior expansión de España en lo que es hoy EE.UU.?

En mi opinión, en un primer momento la fundación de San Agustín no supuso más que un buen refugio para el primer contingente que llegó a Florida si bien, luego, se convirtió en un asentamiento estratégico de primera magnitud dada su magnífica ubicación. San Agustín,  juntamente con San Mateo (hoy en las cercanías de Jacksonville), y Santa Elena (hoy, en el  Condado de Beaufort, Carolina del Sur) suponen los tres asentamientos más importantes conseguidos en vida del  Adelantado. Pero los dos últimos desaparecieron muy pronto: uno, San Mateo, porque a partir del ataque e incendio provocados por el hugonote Dominique de Gourgues en 1568, en un acto de auténtica venganza por la toma de Fort Caroline en 1565, fue languideciendo poco a poco ante la influencia creciente de San Agustín, ubicado a menos de 60 kilómetros al sur; la otra, aunque fue la primera capital administrativa de la provincia de Florida, así decidido por el propio Menéndez de Avilés, porque, a su muerte, la Corona española decidió, a través del virreinato de Nueva España, asumir su administración, sustentada por las aportaciones del “situado”. (El mantenimiento de estos tres asentamientos suponía tal dispersión de esfuerzos económicos y, sobre todo, militares, frente a los sistemáticos ataques de los ingleses y del agresivo avance de sus colonos, que se decidió concentrar toda la actividad en San Agustín).

Así que, a partir de la decisión de destruir Santa Elena en 1588, San Agustín adquirió un importante papel estratégico, convirtiéndose en el único bastión frente al continuo avance de los ingleses provenientes de Virginia y las Carolinas. Había resistido, ya, en 1586 el brutal ataque del pirata Francis Drake, que, con 23 barcos de guerra y una fuerza de 2.000 soldados consiguió, a la segunda intentona y gracias a la traición de dos de sus habitantes, tomar, incendiar y destruir la ciudad y su Fuerte, que, eso sí, fueron inmediatamente reconstruidos bajo el mandato de Pedro Menéndez Márquez, hasta que en 1687, tras 15 años de trabajos, se dió por terminada la obra principal del nuevo Fuerte, el “Castillo de San Marcos”, que garantizó, desde entonces la supervivencia de la ciudad, que pudo, así, resistir los ataques ingleses durante todo el siglo XVII y parte del XVIII pues consideraban que, por su ubicación, la ciudad y su Fuerte eran la llave de la Florida y, en definitiva del dominio de Cuba y, por extensión, del Caribe.

En definitiva, San Agustín y su Fuerte, el “Castillo de San Marcos”, significaron mantener la presencia española en aquellos territorios durante 236 años, ( ya excluído un breve período de 20 años,1763-1783, de presencia inglesa, obligada por la diplomacia internacional) hasta que en 1821, fue entregada a los Estados Unidos en virtud del Tratado Adams-Onís.

¿Cree que se hacen los esfuerzos suficiente para recuperar el legado histórico de España en EE.UU.?

En mi sincera opinión, me parecen muy insuficientes, claramente insuficientes.

Mientras San Agustín rinde honores al Adelantado, aquí, en su país natal, es una figura muy poco conocida por el público en general

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. ¿Porqué cree que sucede esto?

Por el secular desconocimiento de nuestra propia historia, que ni siquiera es medianamente explicada en las escuelas, y por la asunción, durante muchos años, por parte de los responsables de nuestra Administración y de nuestros principales intelectuales de los prejuicios generados por la dichosa “leyenda negra”.

En fin, hoy, en nuestros días, por el empeño de una parte de algunos de nuestros políticos e intelectuales en  “interpretar” con criterios del siglo XXI, hechos que sucedieron en el siglo XVI, es decir, hace 500 años, sin preocuparse de profundizar ni en las costumbres de aquellos años ni en las circunstancias políticas de aquella época en la que España y sus habitantes, transfundieron a un nuevo mundo sus costumbres, su lengua y su sangre, creando una comunidad de cerca de 500 millones de personas que se relacionan con un mismo idioma.

Porque, incomprensiblemente, vergonzantemente, se rechaza una realidad histórica incontestable: que España dominó el mundo conocido durante más de 300 años, dejando un legado cultural que, a pesar de todos los intentos en contra, aún perdura.

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