Daniel Ureña, presidente de The Hispanic Council, analizará cada semana para Dircom la última fase de la campaña presidencial de Estados Unidos. En su primera colaboración analiza cómo se desarrollará el primer debate presidencial entre Donald Trump y Hillary Clinton.

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El próximo lunes 26 de septiembre comenzará el primero de tres debates presidenciales –más uno entre los aspirantes a Vicepresidente- que están llamados a ser decisivos en la fase final de la campaña electoral de Estados Unidos. Desde Hofstra University, en la localidad neoyorquina de Hempstead, Donald Trump y Hillary Clinton se verán las caras por primera vez en un estrado y ante millones de personas.

Hillary llega a este debate tocada tras sus recientes problemas de salud y su torpe gestión de este asunto desde el punto de vista de la comunicación, mientras que Trump lo afronta a muy poca distancia de la candidata demócrata en las encuestas y conservando todavía sus opciones de ganar en las urnas.

Los debates en televisión son la escenificación más clara de la videopolítica, aquella en la que el lenguaje audiovisual es la clave y obliga a los líderes políticos a adaptarse a los códigos de la pequeña pantalla. Trump es un maestro en estas lides y buena parte de su éxito radica en ser capaz de ofrecer a los medios de comunicación contenidos de su interés: declaraciones altisonantes, titulares impactantes, historias polémicas, etc. Por su parte, Hillary Clinton tampoco es una recién llegada a este ámbito. Sólo en esta campaña primaria en su partido ha habido diez debates donde ha tenido a Bernie Sanders como principal adversario. Pero el problema para Hillary radica en que el próximo lunes no se enfrentará al veterano senador de Vermont, sino que tendrá a un contrincante que ha convertido sus rudas formas, su discurso populista y su estilo chulesco en sus señas de identidad. Por ello, muchas de las lecciones tradicionales que la Comunicación Política nos ofrece a la hora de preparar un debate carecen de validez cuando tienes enfrente a un tipo como Donald Trump.

¿Cómo debería afrontar Hillary Clinton este cara a cara? En primer lugar, su objetivo debería ser el evidenciar las diferencias entre ambos candidatos, tratando de mostrar solidez, experiencia y fortaleza frente a su adversario. Al mismo tiempo, Clinton debería evitar caer en las provocaciones de Trump, un estilo que hasta la fecha le han funcionado pero está por ver si en un entorno presidencial como estos debates sigue teniendo la misma eficacia. Por su parte, Trump tendrá que tomar la decisión de si saca a relucir el personaje que hemos visto hasta la fecha o, por el contrario, trata de moderar tanto su discurso como su puesta en escena. Por todo ello, el próximo lunes 26 asistiremos a uno de los mayores espectáculos del mundo para los amantes de la Comunicación Política y que durante las próximas analizaremos desde WashingtonDC para todos los socios de Dircom.